¿El machismo ataca otra vez?

El sexismo en primera línea debido al infame beso durante la final de la Copa Mundial Femenina de Fútbol.

Sabine Stork, Silvia Artiñano Diana Regidor exploran las divisiones en la sociedad española.

El verano pasado España daba la impresión de ser el prototipo de una nación europea progresista.

En una encuesta de Ipsos publicada en marzo del 2023, el 53% de los españoles se definieron como feministas, siendo este porcentaje el más elevado de Europa. España también cuenta con más mujeres en el parlamento que EE. UU. y Reino Unido.

Así empezó la Copa Mundial Femenina de Fútbol, que termino ganando el aclamado equipo español. Y entonces ocurrió lo de aquel beso. El beso no consentido que el entonces presidente de la RFEF (Real Federación Española de Futbol), Luis Rubiales, le plantó en la boca a la delantera española Jenni Hermoso y que apareció en titulares de todo el mundo. Después de lo ocurrido, Rubiales renunció a su puesto y Jenni Hermoso acabó poniéndole una denuncia por agresión sexual.

A diferencia de otros países, en España las divisiones ideológicas son muy visibles tanto en las calles como en la publicidad. Durante las elecciones del año pasado, la plaza de Callao en Madrid se convirtió en el escenario de la “guerra de las lonas”, donde varios partidos políticos desplegaron lonas con sus mensajes impactantes. El partido Vox, de extrema derecha, utilizó sus espacios publicitarios para acusar al presidente Pedro Sánchez de “poner en la calle” a “cientos de monstruos” (acosadores sexuales), tras la aprobación de la ley Solo sí es sí, cuyo objetivo es hacer del consentimiento un factor importante en la definición de lo que es un crimen de agresión sexual, pero que también ha tenido el inesperado resultado de permitir la reducción de las sentencias de algunos delincuentes sexuales.

Sorprendentemente, este tipo de comunicación combativa ha sido apropiada por varias marcas españolas, generando una gran cantidad de eslóganes muy impactantes. Heura, una empresa de “carne” de origen vegetal, plantó su eslogan “Una hamburguesa de carne contamina más que tu coche” sobre una lona de 18×14 metros. Las marcas gallegas de agua mineral Cabreiroá y Fontecelta también tuvieron su propia guerra de lonas, que inició Fontecelta con su eslogan publicitario “Podríamos decirte que somos la mejor agua de Galicia pero no queremos cabreiroar a la competencia”.

Este tono de lucha callejera estuvo sorprendentemente ausente en la respuesta más bien anticlimática de la RFEF al caso Rubiales-Hermoso. Con nuestra experiencia llevando a cabo grupos de discusión en España dedicados a la investigación sobre la igualdad, en Arpo y Thinktank sabemos que esta respuesta tan ambigua no va a satisfacer a muchas mujeres españolas que sienten que la discriminación está muy presente en nuestra sociedad.

“Hay desigualdad en marketing, en la publicidad, en ventas, en las calles, en como te tratan, en los salarios, en los derechos de maternidad. Es como los hombres hablan de nosotras…las bromas, el lenguaje” dice una mujer española. Otra nos cuenta que ella no era consciente de lo serio que es el problema del machismo en España, hasta que no fue madre. “Cuando volví al trabajo tras tener a mi segundo hijo me di cuenta de que mi empresa ya no me quería”.

Los hombres españoles algo más conservadores, sin embargo, rechazan la idea de que exista esa desigualdad, o incluso declaran que como sociedad estamos oscilando demasiado a favor de las mujeres. “Soy de un pueblo pequeño de Andalucía y en mi familia nunca he visto ningún tipo de desigualdad entre mi madre y mi padre, o mi hermano y mi hermana – nunca” – dice un hombre. “Todos hemos sido iguales en todos los sentidos. En como nos trataron, nuestros derechos, nuestras responsabilidades. Yo nunca he visto ningún problema” – dice otro. “Bueno, ellas tienen los mismos derechos que yo – ni más, ni menos. Para mí esto no es una conversación necesaria”

Dicho esto, también está creciendo la conciencia entre los hombres españoles sobre la discriminación generalizada que ha sacado a la luz la Copa Mundial Femenina de Fútbol. “La desigualdad es palpable en la dirección de empresas” según un hombre. “A veces hay mujeres que renuncian a sus puestos, o a las que no se les permite ocupar ciertos cargos. Hay una brecha salarial. Esto no significa que yo gane más por ser hombre. Tan solo significa que aún nos queda un largo camino por recorrer.” “Lo que falta en la sociedad española es conciencia y consideración”- dice otro. “Aún hay bromas, comentarios, memes que pueden parecer graciosos, pero no lo son. Damos la impresión de haber avanzado mucho en la igualdad, pero no es así”

Sabine Stork es una de las fundadoras de Thinktank; Silvia Artiñano es fundadora y directora de Arpo y Diana Regidor es investigadora analista en Arpo.

*Este artículo es una traducción del artículo original publicado en la revista Impact.